lunes, 3 de abril de 2017

Los hermanos aislados o no congregados

LOS HERMANOS TERCIARIOS AISLADOS O NO CONGREGADOS.

1. Por diversas circunstancias de la vida, tales como el trabajo, el estado de salud, la edad o incluso por motivos familiares, económicos, políticos o muy personales, puede suceder que un Hermano tenga que irse a vivir de manera permanente a otra ciudad o país, o puede ser que por alguna razón particular, justa y comprensible, le sea físicamente imposible y de manera permanente, acudir a las reuniones regulares de la Fraternidad y que por lo mismo, tenga que dejarla; Sin embargo, a pesar de dichas circunstancias, ese Hermano no deja de ser miembro de la Tercera Orden Franciscana ni deja de ser un hombre consagrado. A los Hermanos que viven su consagración franciscana de esta manera solitaria o individual, se les denomina “Terciarios aislados” o “Hermanos no congregados.”

2. Los Hermanos Terciarios aislados, o que han tenido que separarse de su Fraternidad por cualquier motivo, deberán integrarse a otra Fraternidad franciscana en su nuevo lugar de residencia, y en caso de no haberla, siguen siendo miembros “a distancia” de su Fraternidad original.

3. Los Hermanos Terciarios aislados conservan la obligación de vivir según la Regla y las Constituciones que han profesado y deben guardar rigurosamente sus votos, si los han emitido; conservan también la obligación de celebrar cada día la Liturgia de las Horas. Ser Hermano Terciario aislado supone un esfuerzo grande de perseverancia y lealtad al carisma de la Orden, así como de devota fidelidad a los compromisos adquiridos.

4. Los Hermanos Terciarios aislados pierden el derecho a tener voz y voto en las decisiones más importantes y en las Elecciones de Oficios en la Fraternidad, y como es obvio, no podrán ser elegidos para ningún cargo. Tampoco podrán usar en público el hábito de la Orden, salvo permiso expreso del Superior Regular Franciscano local, o si no lo hubiera, del Ordinario del lugar.

5. Las condiciones propias de la vida de los Hermanos Terciarios aislados, con frecuencia favorecen la piedad, y la ausencia y añoranza de la fraternidad debe conducir, antes que a un enfriamiento, a un aumento del fervor, por eso se encomienda a los Hermanos no congregados que lleven una intensa vida de oración y valiente testimonio cristiano, y se les invita a que oren e intercedan insistentemente ante el Señor por sus Hermanos y su Fraternidad. Son muchos los ejemplos que nos ofrece la historia franciscana de Hermanos Terciarios aislados que llegaron a ser grandes santos.

6. Los Hermano Terciarios aislados deberán procurar mantener una comunicación periódica con el Ministro de su Fraternidad, ya sea escrita, telefónica o a través de cualquier medio, a fin de no perder contacto y estar enterados de los asuntos de la Fraternidad.

7. El Ministro de la Fraternidad deberá cuidar igualmente de los miembros aislados de su Fraternidad, procurando una comunicación personal frecuente con ellos, y enviándoles circulares o cartas formativas, y de ser posible, deberá visitarlos al menos una vez al año.

8. Si cesan las circunstancias o impedimentos que no permitían al Hermano asistir a su Fraternidad, este adquiere de nuevo la obligación y el derecho de integrarse a la misma de manera regular y participar de su vida de manera normal.

9. Cabe también la posibilidad de que un Hermano, por una vocación o llamado particular del Señor, desee vivir su consagración franciscana de manera solitaria sin que existan otros impedimentos que le priven de participar de la vida de la Fraternidad y solicite al Ministro permiso para convertirse de manera voluntaria en Terciario aislado; en este caso, recuerde el Ministro que aunque lo propio de la espiritualidad franciscana es la vida en fraternidad, ya desde los mismos tiempos de Nuestro Seráfico Padre Francisco, hubo Hermanos que llevaron vida solitaria y eremítica, dedicados por completo a la penitencia y la oración, y que contaron con la aprobación y el beneplácito de nuestro Santo Fundador.

El Ministro deberá discernir cuidadosamente las motivaciones del Hermano solicitante y de ser necesario consultará con el director espiritual de dicho Hermano antes de tomar la decisión de aceptar o no su petición. En la Historia de la Orden siempre han existido Hermanos aislados y solitarios voluntarios, incluso “Hermanos secretos”, anónimos y desconocidos, que desde su silencio y soledad han vivido intensamente su consagración franciscana y han sido altos ejemplos de santidad.

10. Cualquier sacerdote franciscano de la Primera Orden, así como cualquier Ministro de la Tercera Orden, pueden “recibir” válidamente a la Orden Hermanos que deseen ser y permanecer aislados o no congregados, siempre y cuando se comprometan seriamente a acompañarlos y guiarlos en su proceso de formación y llevarlos hasta la Profesión, brindándoles todos los elementos de formación humana, cristiana y franciscana que estén a su alcance.

11. Según una antiquísima tradición, los Hermanos Terciarios aislados no necesitan estar oficialmente inscritos en el registro de la Fraternidad para ser válidamente miembros de la Orden, basta con que lo sepa el Ministro de la Fraternidad o el sacerdote franciscano que válidamente los haya recibido y conducido, y ente quien hayan hecho su Profesión. Recuérdese aquí que la Tercera Orden Franciscana ha sido desde siempre una realidad de tipo mucho más espiritual que jurídica y que hay en el mundo entero un ejército de Hermanos (hombres y mujeres) anónimos y no congregados que desde los más variados ámbitos viven fiel y comprometidamente la Regla de la Orden, hacen presente el espíritu y testimonio franciscano, y son auténticos “Hermanos y Hermanas de la penitencia”; estos Hermanos anónimos cuyo número tan solo Dios conoce, son tan franciscanos como nosotros, ya seamos Hermanos Regulares en conventos, o Hermanos Seculares en fraternidades.

12. Si un Hermano Terciario aislado quisiera ser admitido en alguna Fraternidad, basta con que el Consejo de esta lo acepte y lo inscriba en su registro. Para la inscripción válida de su profesión o votos -si los hubiere emitido-, es necesario el concepto por escrito del sacerdote o Ministro Franciscano que lo “recibió” en la Orden, lo condujo y fue testigo de su profesión o votos.

13. Para profundizar sobre este tema véanse las Constituciones de 1957 en sus artículos 30 a 38. También puede investigarse en la Historia de la Orden sobre este tema y verse la enorme lista de reconocidos Hermanos laicos, consagrados y clérigos que fueron Hermanos Terciarios aislados o no congregados. A través de la historia, incontables Hermanos que fueron Terciarios no congregados han sido declarados venerables, beatos y santos; también han sido famosos innumerables príncipes, reyes, obispos, cardenales y pontífices que han sido Hermanos Terciarios no congregados y que han dado brillo y renombre a la Orden, pero quizás más importante ha sido y es, ese inmenso ejército silencioso
de hombres y mujeres consagrados, religiosos, ermitaños, vírgenes, predicadores itinerantes, penitentes, y miles de Hermanos laicos desconocidos que viven en el mundo y que son la fuerza viva e invisible que con su oración, testimonio y penitencia sostiene el inmenso árbol de la Orden en todas sus ramas.

14. Todos los Hermanos que nos congregamos en Fraternidades debemos orar frecuentemente por los Hermanos aislados o no congregados, para que el Señor los asista y fortalezca su fe y su vocación, les conceda honda devoción y perseverancia en su empeño por permanecer fieles al espíritu franciscano.

PAZ Y BIEN.
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terciariosfranciscanos@gmail.com

Orden Franciscana Seglar
Fraternidad de Nuestra Señora de Fátima
Manizales - Colombia

3 comentarios:

  1. Es una realidad muy importante la de los hermanos terciarios aislados, yo mismo lo he estado muchas veces en los ultimos veinte años. Calculo que en el mundo habra cinco hermanos aislados por cada hermano que asiste regularmente a las reuniones de la Fraternidad. Las actuales Constituciones no contemplan esta realidad, por lo que deberian ser modificadas por iniciativa de nuestro acual ministro general, el hermano Tibor Kauser.

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  2. Estimado Hno Josep, tiene usted toda la razón en sus apreciaciones. Nadie sabe cuantos hermanos aislados habrá ni en donde están, pero son una fuerza espiritual invisible que sostiene a la Orden y a la Iglesia. Las actuales Constituciones no dicen nada de ellos, pero no sorprende, se trata de un documento francamente lleno de vacíos, que desconoce muchos aspectos de la vida y tradicion de la Orden.

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    1. eso es por la infiltracion comunista y masónica en la Iglesia, que ha cambiado los documentos.

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