lunes, 3 de abril de 2017

Quienes somos

IDENTIDAD Y CARISMA
DE LA ORDEN FRANCISCANA SEGLAR


Qué es la Tercera Orden Franciscana.
La Tercera Orden Secular de San Francisco, fundada en el año 1221 por el mismo San Francisco de Asís, es una  de las ramas de la gran familia Franciscana y no solo está íntimamente unida a ella sino que forma parte de ella. La Tercera Orden Franciscana es una Orden Religiosa propiamente dicha, cuyos miembros se consagran al servicio de Dios mediante la profesión de la Regla y algunos además mediante la profesión de votos. (Regla 1).

El carácter secular de la Orden.
Se diferencia de la Tercera Orden Regular (T.O.R.), en que sus miembros no llevan vida conventual ni viven en comunidades, sino que por el contrario, permanecen en el mundo y desde él viven su consagración religiosa. Se trata así de una Orden secular, caso único en la Iglesia, cuyos miembros tienen la particular característica de ser religiosos que viven su consagración en medio de las realidades temporales, es decir, desde la secularidad.

En términos más simples, puede decirse que la Tercera Orden Secular de San Francisco de Asís es una asociación de fieles cristianos, que viviendo en el mundo bajo la dirección y autoridad de la Orden Franciscana, formando parte de ella y según su espíritu, se esfuerzan por conseguir la perfección cristiana de un modo adaptado a la vida seglar, viviendo según la Regla dispuesta para ellos por el Seráfico Padre San Francisco de Asís y aprobada e interpretada por la Sede Apostólica (Regla 2).

El nombre de la Orden.
La Tercera Orden Franciscana ha tenido a lo largo de su extensa historia varios nombres; desde principios del siglo XIII se vivió en Italia un intenso movimiento religioso y penitencial laico que dio origen a muchas comunidades y formas de asociación llamadas cofradías; ya en el año 1215 existía una comunidad llamada Fraternidad de los Penitentes de Asís, con un estatuto o Regla primitiva, y se supone que esta Fraternidad es el antecedente lejano que daría origen a la Tercera Orden Franciscana, recordemos que la Primera Orden u Orden de los Frailes Menores había sido fundada por San Francisco en el año 1209, y la Segunda Orden u Orden de las Damas Pobres (Clarisas) en el año 1212.

En sus primeros inicios la Tercera Orden se llamó Orden de los hermanos y hermanas de la Penitencia, y según algunos autores y estudiosos, este es el nombre que le dio el mismo San Francisco de Asís cuando la fundó en el año 1221, sin embargo, ya desde esos días empezó a llamarse también Tercera Orden, para diferenciarla de las dos primeras.

Posteriormente y conforme se extendía por el mundo entero y se adaptaba a las diversas culturas, la Orden adoptó en distintos lugares diferentes nombres, tales como “Orden de los Terciarios Franciscanos”, “Venerable Orden Tercera de San Francisco”, “Fraternidad Franciscana Seglar”, “Tercera Orden Secular de San Francisco de Asís” y el de “Orden Franciscana Seglar (OFS)” que es además el nombre que se usa actualmente en los documentos oficiales de la Orden y de la Iglesia.

La Orden respeta y acepta todos estos nombres en los lugares en que se usan, sin embargo, desde el punto de vista de la Tradición Observante, el nombre más adecuado, por ser el que mejor la describe y define es el de Tercera Orden Secular de San Francisco de Asís, que es además el nombre más antiguo reconocido por la Iglesia. En forma más corta se la llama simplemente Tercera Orden Franciscana. Actualmente la Orden se llama oficialmente “Orden Franciscana Seglar (O.F.S.).

Para qué fue fundada.
La Tercera Orden Franciscana, extendida hoy por el mundo entero, fue, como su nombre lo indica, la tercera Orden fundada por nuestro Seráfico Padre San Francisco de Asís, después de la Orden de los Frailes menores y la de las Damas Pobres (Clarisas), y la fundó para poder así acoger a todos aquellos hombres y mujeres que sintiéndose llamados por Dios a una consagración más plena y comprometida de su ser, querían seguirlo pero las circunstancias propias de su vida o estado no les permitían dejar de forma absoluta el mundo e integrarse a las Fraternidades Regulares, entonces, nuestro Padre San Francisco pensó en una forma de vida consagrada que pudiera ser vivida desde las realidades temporales del mundo, en el mundo pero sin ser del mundo.

En el año 1921 el Papa Benedicto XV declaró solemnemente:

“A los muy preclaros e inmortales méritos de Francisco a favor de la cristiandad, se añadió como suma de todos ellos, esta Tercera Orden, mejor que la cual nada en verdad ilustra la grandeza y vigor del amor en que ardía por propagar por todas partes la gloria de Jesucristo.

En efecto, después de haber considerado solícitamente los males que entonces aquejaban a la Iglesia, se lanzó con increíble resolución a renovarlo todo conforme a la ley cristiana, estableciendo una doble familia, la de frailes y la de monjas, los cuales, hecha la profesión de votos solemnes, siguieron la humildad de la Cruz.

Pero no pudiendo acoger en los claustros a todos aquellos que de todas partes acudían, deseosos de abrazar su método de vida, resolvió proporcionar un medio de adquirir la perfección cristiana a los que vivían en la agitación del siglo; e instituyó la Orden de los Terciarios, Orden propiamente dicha, no ligada por la observancia de los votos, como las dos primeras, sino adornada de parecida sencillez de costumbres y espíritu de penitencia. De esta manera, él fue el primero que ideó, y con la ayuda de Dios llevó a feliz término, lo que ningún fundador de familia regular había jamás pensado, es decir, hacer de la vida religiosa una cosa común a todos”.

(Papa Benedicto XV. Sacra Propediem, 6 Ian., 1921; Acta Ap. Sedis 1921, pag. 34)

También el Papa Pío XII, en el año 1956, afirmaba: “Así pues, la Tercera Orden fue fundada por el Seráfico Padre San Francisco de Asís para que diera satisfacción plena a los vehementísimos deseos de aquellos que debían permanecer en el mundo pero no querían ser del mundo”

(Papa Pío XII “Alocución a los Terciarios” 1 de julio de 1956 A.A.S. 1956 ,1c., pag. 575)

Características de la Orden.
La Tercera Orden Secular de San Francisco de Asís posee Regla, Constituciones y Ritual (Ceremonial) propios, debidamente aprobados por la Santa Sede; es una Orden religiosa propiamente dicha, reconocida por el derecho de la Iglesia como tal y no le son aplicables en ningún caso otros términos para definirla, tales como “comunidad”, “congregación”, “Instituto”, “movimiento”, “grupo”, “asociación”, etc.

La Orden posee además una organización y una estructura jerárquica propia, vertical y rígida, que va, en orden descendente, desde el Romano Pontífice, el Ministro General, los Consejeros internacionales y Continentales, los Ministros Provinciales o Nacionales, los Ministros Regionales y los Ministros de las fraternidades locales (Regla 20 y 21). Fuera de esta organización y estructura jerárquica no puede haber fraternidades legítimamente constituidas que formen parte de la Orden.

La espiritualidad Franciscana.
La espiritualidad franciscana está centrada en Cristo, el Sumo Bien, que por su Encarnación y su Cruz nos ha mostrado el camino al Padre, redimiendo nuestra humanidad; Él nos invita a encontrarlo en la fraternidad universal y en el Espíritu de "la Santa Oración y devoción”.

Los hermanos y hermanas de las tres Ordenes fundadas por San Francisco de Asís deseamos vivir el Evangelio del Señor, la Palabra hecha Carne, mediante la profesión de la Regla y los consejos evangélicos, viviendo en fraternidad y minoridad. Nuestra vivencia, a la manera de Francisco, desea celebrar la fe en lo cotidiano, siguiendo su ejemplo y especialmente el de Cristo.

El Carisma de la Orden.
Los franciscanos de las tres Ordenes compartimos un mismo carisma, que se resume muy bien en la siguiente declaración o ideario:


Los franciscanos nos proponemos
vivir el Evangelio,
siguiendo a Cristo pobre y crucificado,
viviendo como hermanos,
en constante conversión,
en comunión con Cristo,
compartiendo la vida y la misión de la Iglesia,
comprometidos con el mundo,
al servicio de los hermanos más pobres,
siendo mensajeros de Paz y Alegría.

Siguiendo el ejemplo de nuestro Seráfico Padre
San Francisco de Asís,
queremos esforzarnos por
vivir la minoridad como el mayor privilegio,
reconocer en todos un regalo de Dios,
vivir la fraternidad con toda la creación,
manifestar la alegría
y la simplicidad de los hijos de Dios,
trabajar por instaurar la justicia
y la paz del Reino de Dios,
sin permitir que se apague
el espíritu de la santa oración y devoción...


Quien es un Hermano Terciario Franciscano.
Los miembros de la Tercera Orden Franciscana son usualmente llamados Hermanos Terciarios Franciscanos o simplemente Terciarios.

Un Terciario secular Franciscano es un religioso católico, laico, consagrado o sacerdote diocesano, que, llamado por Dios, procura vivir coherentemente y a plenitud los compromisos derivados del bautismo, la confirmación y la Eucaristía, dentro del espíritu de la Regla Franciscana, en la que encuentra alimento y estímulo, para tender a la perfección evangélica y a la glorificación del Creador.

Las palabras “Terciario Franciscano” significan miembro de la Tercera Orden Franciscana y se aplican indistintamente a los Hermanos Terciarios Regulares que viven en comunidades conventuales y a los Hermanos Terciarios seculares que viven en sus casas.

Así mismo, la palabra fray, que significa hermano, (al igual que el término fraile), se aplica con toda naturalidad y lógica también a los hermanos profesos de la Tercera Orden Secular, pues aunque vivan en el mundo, son auténticos y verdaderos frailes franciscanos, ya que han profesado básicamente la misma Regla que los hermanos regulares, y si bien solo algunos profesan los consejos evangélicos, el alcance de su compromiso es prácticamente el mismo desde el punto de vista espiritual y jurídico. Por estas mismas razones, los hermanos profesos de la Tercera Orden Secular han tenido desde siempre el derecho a usar el hábito Franciscano, en las ocasiones y bajo las condiciones que han determinado los superiores  de la Orden.

Una realidad desafortunada.
Sin embargo, dadas las múltiples diferencias culturales y de ambientes, así como el desarrollo histórico y la adaptación que han sufrido a través del tiempo las diferentes Fraternidades de la Orden a lo largo y ancho del mundo, hay en la actualidad una inmensa diversidad de modos de ser entre las muchas Fraternidades de la Tercera Orden Franciscana, y aunque conservan un mismo espíritu y provienen de una misma fuente, existen al interior de la Orden, desafortunadamente, diversas “corrientes”, “tendencias” y modos diferentes de entender y vivir el espíritu franciscano seglar, muchas de ellas, incluso, se han alejado muchísimo del ideal primero y original de la Orden, en aras de un mal entendido “modernismo” o de una mal llamada “actualización”.

Así, muchas Fraternidades lamentablemente se han plegado plenamente al mundo, han perdido su identidad propia de Orden Religiosa y se han convertido en simples movimientos y asociaciones laicales de tipo parroquial o social, que se alejan cada vez más del espíritu original y de la Tradición de la Orden, movimientos estos que usurpan y con frecuencia ponen en entredicho el buen nombre de la Tercera Orden Franciscana.

Una respuesta en defensa de la Tradición de la Orden:
La  estricta observancia de la Regla y la defensa de sus valores.
Dada la desafortunada realidad antes mencionada, que compromete en mucho la identidad de la Orden y del hermano terciario franciscano, es natural que muchos hermanos sientan un apremiante llamado para preservar el tesoro de la Tradición de la Orden, y como respuesta a ese llamado quieran asumir, de manera personal y en sus Fraternidades, una observancia más estricta de la Regla, esforzándose de manera especial por rescatar, vivir y transmitir los valores tradicionales y auténticos de la espiritualidad franciscana secular, y por defender y preservar el buen nombre y la identidad de la Orden. A casi 800 años de fundación de la Orden, queremos renovarnos volviendo a las Fuentes, al espíritu original de la Orden y rescatar sus auténticos valores y principios.

En el mundo entero es urgente hoy una profunda reorganización y reestructuración de la Orden, que le devuelva su vitalidad e identidad originales y la ponga de nuevo en contacto con sus ideales primeros. Es urgente que Ministros con capacidad de liderazgo asuman la dirección de la Orden y establezcan planes y programas concretos de diagnóstico de la realidad y correctivos, así como programas y estructuras eficaces de formación y promoción vocacional. Los Ministros Provinciales y los Asistentes Espirituales de la Primera Orden, así como los Obispos y Párrocos, están también llamados a profundizar y comprender mejor la identidad propia de la Orden, a darle su justo lugar y ser constructores de esta renovación con su oportuno apoyo, dirección y consejo.

PAZ Y BIEN.
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Un hermano Terciario Franciscano es

Un hombre de Iglesia en el corazón del mundo,
un hombre del mundo en el corazón de la Iglesia.
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3 comentarios:

  1. Hermano, es un gravísimo error decir que la TERCERA ORDEN SEGLAR DE SAN FRANCISCO DE ASIS (VOT O TOF) ES LA MISMA QUE LA OFS. PUES PARA NADA LO SON. QUE UNA HAYA SUSTITUIDA A LA OTRA, NO QUIERE DECIR QUE ES O SON LA MISMA. EMPEZANDO POR LAS REGLA QUE SON TOTALMENTE DISTINTAS. Y QUE PRECISAMENTE EN ESO ESTRIBA UN GRAN PROBLEMA, PUES PARA DARLE LUGAR A LA REGLA OFS, ABROGARON LA SANTA REGLA DE LOS TERCIARIOS, QUE ERA DE NATURALEZA INSPIRACIONAL, LO CUAL NO SE PODÍA NI DEBÍA HACER Y ESTO SE CONSTITUYE EN UN PECADO GRAVÍSIMO, QUE COMO VEMOS POR SUS EFECTOS, LA OFS CAMINA HACIA SU PROPIA DESAPARICIÓN.

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  2. Totalmente de acuerdo con Don Alonso. El progresismo liberal va a acabara con la Orden Tercera.

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    1. Necesitamos que nuestros Padres Espirituales OFM, vuelvan a RESTITUIR la Verdadera REGLA de PENITENCIA, escrita por el Santo PATRIARCA, que por casi 8 siglos dio muchedumbre de SANTOS para reparar la IGLESIA, la Sociedad y la Familia; y el PAPA León XIII aprobó y confirmó a PERPETUIDAD! Paz y Bien!

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