El Beato Luquesio de Poggibonsi.
Primer Hermano Terciario Franciscano.
Su nombre era Luquesio o Lucesio, pero se ignoran sus apellidos y no se tiene casi ningún dato acerca de su vida. La tradición lo ha considerado siempre como el primer Hermano Terciario franciscano. Probablemente nació en Gagiano o en Rodde (Toscana), en el año 1181 y murió en Poggibonsi en el año 1260.
Se cuenta que fue un rico y próspero comerciante de paños en la ciudad de Siena; hombre codicioso de bienes materiales, tuvo que expatriarse, junto con su esposa, llamada Buonadona, a la ciudad de Poggibonsi por sus exaltadas convicciones a favor del papado y en contra de los gibelinos, defensores de los emperadores de Alemania. En esta localidad, hacia el año 1215, los esposos encontraron y escucharon a San Francisco de Asís, y conmovidos profundamente por su predicación y su testimonio, experimentaron una fuerte conversión y acordaron abandonar el mundo y sus afanes, para hacerse religiosos.
Parece que no tenían hijos y de mutuo acuerdo decidieron “por amor a Cristo”, y a pesar de amarse como esposos, buscar la forma de disolver el vínculo matrimonial para abrazar cada uno la vida religiosa, Luquesio con los Frailes menores y Buonadona con las Clarisas o Damas Pobres de Asís. Cuenta la tradición que los esposos se presentaron ante San Francisco para contarle acerca de su decisión y para rogarle que los recibiera en la Orden; San Francisco les escuchó benévolamente, sin embargo no les dio ninguna respuesta y les pidió que esperaran un tiempo, pues quería discernir claramente qué era lo que Dios quería de ellos.
Parece que fue entonces cuando San Francisco empezó a pensar en alguna forma de vida religiosa que pudiera adaptarse a hombres y mujeres que viven en el mundo y que por alguna circunstancia particular no pueden, o no deben abandonarlo del todo, por ejemplo, aquellos que han hecho votos matrimoniales o aquellos de quienes depende en gran medida el bienestar de otros.
San Francisco pidió a sus Hermanos más cercanos y a las Hermanas Pobres de San Damián (Clarisas) que oraran intensamente para rogarle al Señor que lo iluminara y le permitiera conocer Su Voluntad acerca de esta situación. No parecía correcto, a pesar de su buena intención, que los esposos deshicieran su matrimonio, además, al disponer de sus bienes y cerrar sus negocios, dejarían sin trabajo a un gran número de empleados que dependían de ellos. Estos factores, según la tradición, el sentido común y el derecho, les cerraban definitivamente la puerta a la vida religiosa.
Sin embargo San Francisco valoraba la valentía de su decisión y veía en ellos una vocación religiosa particular; ya otros hombres y mujeres en situación similar le habían pedido ser admitidos a la Orden, comerciantes, nobles, militares, campesinos, hombres y mujeres de toda condición, y habían sido rechazados por sus “limitaciones” o “inconvenientes” particulares.
Luego de mucha oración y meditación, tuvo San Francisco la idea genial de fundar una Tercera Orden, que en toda su originalidad, ponía al alcance de todos la vida religiosa sin necesidad de dejar sus hogares y ocupaciones propias de su estado.
Dice la tradición, que San Francisco escribió una Regla para ellos, les indicó un vestido similar al de los Hermanos y les dio algunas instrucciones acerca de cómo deberían conformarse y regirse las fraternidades, esta Regla sería la Regla de la Fraternidad de Penitentes de Asís del año 1215 y que fue el origen o punto de partida para el Propositum Fratum et sororum de Paenitentia (Propósito de los Hermanos y Hermanas de Penitencia) o primera “Regla oficial” de la Orden, del año 1221, que fue aprobada por los sumos pontífices Honorio III y Gregorio IX.
La primera fraternidad de los Hermanos y Hermanas de Penitencia al parecer fue la de Luquesio y su esposa, Buonadonna, quienes se establecieron en la ciudad de Florencia. Se cuenta que los esposos regalaron la mayor parte de sus bienes a los pobres y se dedicaron al cuidado de los enfermos en los hospitales. A la muerte de Luquesio, ocurrida hacia el año 1260, la Tercera Orden Franciscana se había extendido ya por toda Italia y parte de Europa; en este tiempo los Hermanos de Penitencia empezaron ya a recibir el nombre de Terciarios o Hermanos de la Tercera Orden de San Francisco y se empezó a dar una organización y estructura a la Orden.
Los Hermanos Terciarios presentaron ante la Iglesia la causa de beatificación de Luquesio y presentaron también muchos testigos y personas que declararon haber obtenido milagros por su intercesión; tras las investigaciones de rigor fue declarado beato por la Iglesia.
La fiesta del Beato Luquesio se celebra el 28 de abril. Su culto, que se había propagado prácticamente desde su muerte, fue permitido desde 1273 y el Papa Inocencio XII concedió además Oficio y Misa propios en su honor en el año 1694. Hacia los años 1500, la Tercera Orden se había extendido ya por toda Europa y de allí pasó a América gracias a los frailes franciscanos que como misioneros llegaron primero a México; desde allí se extendió rápidamente tanto al norte como al sur y hoy la Orden está presente en todos los países de Norte, Centro y Sur América.
Beato Luquesio, ruega por nosotros.
Paz y Bien.
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Fraternidad de Nuestra Señora de Fátima
Manizales - Colombia.
Muchas gracias por la información.
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