NUEVAS PRECISIONES Y PUNTUALIZACIONES
ACERCA DEL USO DEL HABITO
POR PARTE DE LOS HERMANOS DE LA ORDEN FRANCISCANA
SEGLAR.
Nada ni nadie
puede prohibirle a un hermano profeso de la Tercera Orden Franciscana el uso
del hábito, porque es inherente a su condición de franciscano y de hombre
consagrado, y es además un signo de identidad y pertenencia a la Orden.
Cualquier disposición contraria e este derecho obedece a dudosos intereses y
actitudes que desconocen o desprecian la historia y la tradición de la Orden.
El hábito franciscano usado por los hermanos de la
Tercera Orden Secular.
1. Prácticamente desde la fundación de la
Tercera Orden por nuestro Seráfico Padre San Francisco de Asís, sus miembros han
gozado del privilegio de usar el hábito franciscano, privilegio que ha sido
confirmado por la Iglesia en múltiples ocasiones.
2. Desafortunadamente en la actualidad
muchas fraternidades del mundo han desdeñado ese privilegio en aras de una
supuesta “modernización” de la Orden,
modernización esta que sin duda pierde mucho más de lo que gana y que se
concreta en una actitud de desprecio, desconocimiento y posterior olvido de las
tradiciones y valores originales de la Orden. Otras muchas fraternidades, ni
siquiera sabían que podían tener ese derecho y privilegio, lo que denota la
deficiencia absoluta de la formación y el desconocimiento de la historia y
tradición de la Orden.
3. En muchos lugares del mundo las
Fraternidades no usan el hábito ni lo han usado nunca, en otros lugares incluso
ha sido prohibido su uso, por algunos abusos cometidos, por considerarlo
inconveniente o por las posibles confusiones que esto puede causar en otros
cristianos.
4. La normativa actual del CIOFS dice que
esta costumbre solamente puede conservarse en aquellos lugares donde es
tradición antigua y establecida y donde su uso no choque con las costumbres
locales ni vaya en contra de las normas de la Iglesia local y ha determinado además
que en adelante se elimine en todas partes el Rito de Toma de Habito, de manera
que ningún hermano lo reciba en el futuro.
No compartimos ni aceptamos de ningún modo esta determinación,
pues el documento que la contiene carece por completo de razones y argumentos
que la sustenten y parece más una decisión caprichosa que una determinación
seria tomada luego de un juicioso análisis. Esa determinación es completamente
contraria a la Tradición de la Orden y desconoce su origen y su historia, el
valor de la Profesión emitida y la pertenencia a la Orden. Los hermanos que
usan el hábito o quieren usarlo, lo hacen siempre llevados de buena fé y juicio
recto, llenos de amor por la Orden y por la espiritualidad heredada de nuestro Santo Fundador.
Con respecto a este, como en muchos otros asuntos, El CIOFS
parece desconocer la extraordinaria diversidad histórica y cultural de las
Fraternidades dispersas a lo ancho del mundo. Muchos hermanos y ministros se
preguntan, con toda razón y con honda preocupación, si el CIOFS acaso sabe de dónde viene, y lo más
grave, si acaso sabe para donde va...
5.
Oposición de los hermanos de la Primera Orden.
En muchos lugares han sido nuestros
hermanos de la Primera Orden quienes han manifestado su oposición al uso del hábito
por parte de los hermanos de la Tercera Orden, especialmente en aquellas
regiones donde las relaciones entre la Primera y Tercera Orden siempre han sido
tensas y llenas de incomprensiones, cuando no llenas de envidias, celos y
faltas de caridad, todas ellas actitudes ajenas al espíritu de fraternidad
franciscana.
Valga decir aquí que los hermanos de
la Primera Orden, ya sea el Superior Provincial o el Asistente Espiritual de la
Fraternidad, NO tienen ninguna autoridad para prohibir el uso del hábito a los
terciarios, pues su injerencia en los asuntos de la Fraternidad terciaria se
limita a la Asistencia Espiritual, que no es más que un signo de la unidad y
pertenencia a la gran Familia Franciscana. Recordemos además que el Asistente
Espiritual no representa ni tiene ninguna autoridad dentro de la Fraternidad, pues ésta
reposa solamente sobre el Ministro y su Consejo.
En demasiadas oportunidades los Asistentes Espirituales son nombrados o encargados de esa misión sin ninguna preparación, e ignoran por completo la historia y tradición de la Tercera Orden, así como el papel mismo del Asistente, y más que un apoyo dinamizador y espiritualizador, se convierten en una carga que la Fraternidad debe soportar...
Sin embargo hay que anotar también, que en no pocas ocasiones, los hermanos de la Primera Orden han sido un apoyo que ha alentado el uso del hábito por parte de los terciarios y les han facilitado su adquisición o confección, además de enseñarles todo lo relativo a su uso digno y respetuoso. En esta época de terrible crisis que atraviesa la Orden y la Iglesia toda, cuando tantos hermanos de la Primera Orden han desdeñado el uso del hábito inventado toda clase de disculpas y argumentos para ello, las Fraternidades Terciarias que lo usan y lo conservan dan testimonio de fidelidad y de amor a los valores y tradiciones de la Orden.
Sin embargo hay que anotar también, que en no pocas ocasiones, los hermanos de la Primera Orden han sido un apoyo que ha alentado el uso del hábito por parte de los terciarios y les han facilitado su adquisición o confección, además de enseñarles todo lo relativo a su uso digno y respetuoso. En esta época de terrible crisis que atraviesa la Orden y la Iglesia toda, cuando tantos hermanos de la Primera Orden han desdeñado el uso del hábito inventado toda clase de disculpas y argumentos para ello, las Fraternidades Terciarias que lo usan y lo conservan dan testimonio de fidelidad y de amor a los valores y tradiciones de la Orden.
San
Francisco.
6. Nos cuenta la historia que nuestro
Padre San Francisco de Asís, despojado de sus elegantes ropas de joven rico de
Asís, se vistió primero con un tosco hábito de peregrino ceñido con una correa
y posteriormente, como signo de pobreza y de humildad, adoptó para sí mismo y
los suyos el sayal hecho de “saco”
(se denomina así a una tejido burdo y resistente de lana gruesa, similar a lo
que entre nosotros se llama “costal harinero”) y que era el traje que usaban
entonces los más pobres campesinos de la región; cuentan los biógrafos de
nuestro Seráfico Padre, que el hábito original era un vestido “de tosca lana y color de bestia, atado con
una cuerda, y con una capucha encima que era sacada de la esquina de un vulgar
saco”. Se cuenta también que el mismo San Francisco elaboró los hábitos
para sus primeros compañeros y que para cortarlos seguía en modelo de una cruz
Tau. El hábito era entonces como ahora, un signo de pobreza y de penitencia, de
abandono del mundo y sus vanidades.
7. En los diferentes relatos que hallamos
en las Fuentes Franciscanas acerca de la fundación de la “Orden de los hermanos y hermanas de la penitencia”, como se llamó
en un principio la Tercera Orden, se menciona que nuestro Seráfico Padre dio a
los primeros hermanos “un hábito y una
regla o forma de vida”, es decir, una vestidura que los identificaba como
penitentes, y unas normas de vida de definían el carácter y objetivo de la
Orden: hacer penitencia y llevar una vida recta en todo sentido, una vida de
permanente conversión, dedicada a la oración y al testimonio cristiano con la
vida misma antes que con las palabras.
El hábito
en la historia de las Reglas y Constituciones de la Tercera Orden.
8. La primera Regla que tuvo la Tercera Orden,
se llamó "Regla de la Fraternidad de los Penitentes de
Asís" del año 1215,
y cuya aprobación no se puso a consideración de la Iglesia pues este no era un
requisito indispensable en aquellos días; esta Regla es considerada como la más
cercana a la original redactada por el mismo San Francisco. Este documento
menciona en sus artículos 1, 2 y 3 el tipo de hábito que debían usar los
miembros de la Fraternidad y que no era otro que el hábito de los penitentes y
peregrinos que por entonces recorrían los caminos de Europa y que era
simplemente el vestido de los mendigos y los campesinos más pobres de la
sociedad de entonces. Esta regla estuvo en vigencia hasta el año 1221.
9. La segunda Regla de la Orden, el "Memoriale propositi fratum et sororum de
paenitentia" (Memorial del propósito de los Hermanos y Hermanas
de penitencia) aprobada por el Papa Honorio III en el año 1221 y posteriormente
re aprobada por el Papa Gregorio IX en 1228, se considera la primera Regla
“oficial” que tuvo la Orden. En sus artículos 1, 2, 3 y 4 describe
cuidadosamente el tipo de hábito, diseño, costo y color que deberán usar los
hermanos de la Fraternidad.
10. La tercera Regla que tuvo la Orden,
aprobada por el Papa Nicolás IV en
la Bula "Supra monten"
del año 1289, tuvo una vigencia
de casi seis siglos (594 años) y rigió la Orden hasta el año 1883. En el
capítulo III de este documento se habla claramente del tipo, color, diseño y
costo del hábito que debían llevar los hermanos. A partir de los años 1500 el
tipo de “hábito grande” usado por los hermanos de la tercera Orden se unifica con
el de la Primera Orden en las diversas variables que tenía por entonces.
11. La cuarta Regla que tuvo la Orden fue
aprobada por el Papa León XIII en
su constitución apostólica "Misericors
Dei Filius" del 30 de mayo de 1883; esta Regla adaptó a los nuevos tiempos de la Iglesia la
Regla que había sido aprobada por el Papa Nicolás IV en 1289, aunque al hacerlo
quedó simplificada notablemente. Este documento que tuvo vigencia hasta el año 1978,
ordenaba en sus artículos 3 y 4 que los admitidos a la orden recibirían el “hábito
pequeño” al inicio del Noviciado, y que debían usarlo siempre para poder gozar
de los derechos, privilegios e indulgencias concedidos a la Orden por la
Iglesia. En esta etapa es ya costumbre establecida que los hermanos emitan su
Profesión usando el “hábito grande”, y que se lo use en los actos solemnes de
la Orden, así como en las procesiones solemnes, entre las que se destaca la de
Corpus Christi, que hará famosa por entonces a la Venerable Orden Tercera de
San Francisco.
12. Las primeras
Constituciones Generales de
la Tercera Orden, aprobadas por la Sagrada Congregación de Religiosos en su
decreto Nro. 02116 del 25 de
agosto de 1957, en sus artículos
16 y 17 hablan del Rito de Vestición del hábito y del uso de los dos tipos de
hábito: “hábito pequeño” para la vida cotidiana, y “hábito grande” para las
ocasiones solemnes; en el artículo 89 recomiendan las mismas Constituciones que
los hermanos terciarios sean amortajados y enterrados vistiendo el hábito, y en
el artículo 155 habla del derecho y privilegio de precedencia que tenía la
Orden sobre cualquier otra asociación piadosa y cofradía en las procesiones
solemnes, siempre y cuando sus miembros marcharan vistiendo el hábito.
13. La quinta Regla de la Orden fue
aprobada por el Papa Pablo VI en
el Breve Apostólico "Seraphicus
Patriarcha" del 24 de junio de 1978 y es la Regla que está en vigencia actualmente. En este
documento no se menciona expresamente el uso del hábito, pero en su artículo
23, numeral C, dice que en lo que se refiere a los signos distintivos
franciscanos debe procederse de acuerdo a los Estatutos particulares de las
Fraternidades, con lo que deja abierta la posibilidad para que se conserven en
cada lugar las tradiciones propias.
14. Las Constituciones Generales de la
Orden actualmente en vigencia (y que dicho sea de paso, dejan mucho que desear)
ignoran por completo el tema y dejan en manos de los Consejos Nacionales la
elección de un “signo distintivo” de identidad o pertenencia a la Orden, que en
casi todas partes se ha concretado en el uso de la Cruz Tau, pero no dicen ni
una palabra que haga referencia al rescate, conservación o difusión de ninguna
de las tradiciones, signos y símbolos de la Orden; lo mismo puede decirse de
los “Planes de Formación”, tan imbuídos de las corrientes modernas secularizadas
y secularizantes, que ni siquiera parecen escritos por franciscanos.
15 Los
Santos de la Orden.
Cuando se leen las biografías de los Santos y Beatos de la
Tercera Orden Franciscana, nos encontramos con innumerables testimonios de
hermanos que tras una profunda conversión, “tomaron el hábito” de la Tercera
Orden y se dedicaron a obras de apostolado, de caridad o a una vida de oración
en soledad, algunos incluso en condiciones que hoy nos parecerían muy insólitas.
Muchos recibieron el hábito de manos de algún superior franciscano de la
Primera Orden, otros incluso de manos de un Obispo diocesano y una gran mayoría
de ellos vivieron su consagración franciscana de forma solitaria, pues no
pertenecían a ninguna Fraternidad, pero eran plenamente identificados como
miembros de la Tercera Orden de San Francisco de Asís.
16. La
Fraternidad Local.
Fraternidad
de Nuestra Señora de Fátima de Manizales (Caldas) Colombia.
Nosotros, que queremos ser fieles a la
antigua tradición de la Orden, en nuestra Fraternidad puesta bajo el amparo de
Nuestra Señora de Fátima, valoramos inmensamente el uso del hábito franciscano
y deseamos que esta tradición sea conservada y transmitida a las nuevas
generaciones de hermanos; la presencia de la Orden en Manizales y en todo el
territorio de Caldas, data de principios del siglo IXX, y ya hacia el año 1905
consta en los archivos de la Diócesis la presencia de Fraternidades numerosas,
cuyos miembros masculinos gozaban del privilegio de usar el hábito para las
ocasiones solemnes y de ser enterrados con él.
Los hermanos Fundadores de la
Fraternidad de Nuestra Señora de Fátima, concluido un largo periodo inicial de
formación, recibieron el hábito formalmente en Rito solemne, de manos del entonces
Ministro Regional de la Orden, y del Ministro Local, en ceremonia presidida por
el Asistente Espiritual de la Primera Orden (OFM). Desde entonces y hasta la
actualidad hemos conservado y transmitido esta hermosa tradición.
Necesidad
de puntualizaciones.
17. En Francia, Portugal, Italia, España y
en muchos países de Europa Oriental y Latinoamérica se conserva la antigua tradición
se usarlo, únicamente en las Fraternidades masculinas, pero es muy necesario
hacer algunas puntualizaciones y precisiones al respecto y que los hermanos
(regulares y seglares) tengan claridad acerca de las ocasiones en las cuáles es
lícito usarlo.
18. El hábito es ante todo un signo
externo de consagración y de penitencia, y es a la vez un signo de identidad y
de pertenencia a la Familia Franciscana. No es de ninguna manera el “uniforme”
de una institución, ni una “vestidura u
ornamento litúrgico”, ni mucho menos algún
tipo de traje que conceda o manifieste alguna clase de “dignidad eclesiástica”, por el contrario, debe ser sinónimo de
minoridad y de humildad, pues de no ser así, se estaría incurriendo en una grave
contradicción del espíritu franciscano.
19. Si el hermano no es conducido por un
auténtico espíritu de conversión profunda, de penitencia, de humildad y de
minoridad, al usar el hábito no se ha revestido de Cristo, simplemente se ha
disfrazado para dar gusto a su vanidad.
20. El auténtico seguidor de San Francisco
quiere configurarse a él, y ello implica el desprecio de las vanidades del
mundo y el asumir una permanente actitud de honestidad y transparencia, de
coherencia con sus ideales y un alejamiento de todo ánimo de figuración y
protagonismo, de presunción y de soberbia. Cuando un hermano realmente comprende
y valora el privilegio de usar el hábito, entiende que esto conlleva un grave
compromiso, y que el hábito, siendo simple paño barato, pesa como si fuera de
bronce.
Es un
derecho y un privilegio.
21. Es muy importante que todos en la
Orden comprendan que el hecho de que los hermanos de la Tercera Orden puedan
usar el hábito públicamente bajo las condiciones y en las ocasiones que en este
documento se puntualizan, es un privilegio extraordinario concedido, si bien es
un derecho de estado y de tradición en lo privado, en lo público es un
privilegio y como privilegio concedido, puede también ser retirado.
Los
dos hábitos de la Tercera Orden.
22. Según una antiquísima tradición de la
Orden Tercera, sus miembros tienen dos hábitos, que son usualmente llamados “habito pequeño” y “hábito grande”.
El
Hábito pequeño.
23. El “hábito pequeño” lo usan los
Hermanos de la Orden Tercera en la vida diaria y cotidiana, y consiste el
llevar, oculto bajo las ropas civiles, el Cordón franciscano y el Escapulario;
en lugar del Escapulario puede llevarse también una cruz Tau o un Crucifijo; el
“hábito pequeño” es bendecido e impuesto al hermano por el Ministro de la
Fraternidad en el rito de Iniciación, al inicio de la etapa de Postulantado. Es
un hábito “secreto” y debe llevarse siempre con discreción y decoro, como un
signo y recordatorio de los compromisos adquiridos. No debe usarse nunca para
dormir, ni de forma externa, especialmente el Cordón.
24. El Rito de la “toma del hábito
pequeño”, aprobado por la Iglesia, es un signo exterior de lo que se realiza en
el corazón, el postulante recibe el
escapulario o la cruz Tau, y el cordón Franciscano que llevará en la vida
cotidiana como signos de conversión y de la pertenencia al Señor. Recibir el
hábito es revestirse de Cristo, es comprometerse a tomar la vida de Cristo como
norma de conducta todos los días de nuestra vida y actuar como lo hubiese hecho
Cristo en nuestro lugar.
El
Hábito grande.
25. El llamado “hábito grande” es simplemente
el traje talar o sayal tradicional de los religiosos franciscanos (Primera
Orden)
26. El tipo, estilo y color del hábito
que podrán usar los hermanos terciarios, será exactamente el mismo de los
hermanos de la Primera Orden bajo cuyo cuidado espiritual haya sido encomendada
la Fraternidad, ya se trate de hermanos Observantes, Conventuales, Capuchinos o
de la TOR.
27. No se podrá hacer ningún tipo de
cambio, modificación ni “arreglo” al diseño propio del hábito, este es cómo es
y no se confecciona al gusto o capricho del hermano.
28. El cordón deberá ser siempre de color
blanco y la tela será de la calidad y color de uso corriente en la Orden;
deberán evitarse los paños finos, gruesos y costosos, y todo aquello que de
cualquier manera denote lujo, elegancia o exclusividad.
29. Con el hábito no podrá usarse ningún
tipo de adorno ni joya, tan solo una simple camándula o rosario, de confección
y materiales pobres, colgada al lado izquierdo del cordón. Sobre el pecho podrá
llevarse solamente una cruz Tau, preferiblemente de madera y de confección muy
sencilla.
30. No se podrá llevar con el hábito crucifijo
pectoral metálico, ni mucho menos si se trata de una joya de orfebrería en
metales o con piedras preciosas. Así mismo, deberá evitarse el uso de pulseras
y anillos; podrá utilizarse reloj en razón de su utilidad, pero este deberá ser
acorde a la sencillez que un hermano franciscano seglar debe vivir y
testimoniar.
Privilegio
de los hermanos profesos perpetuos.
31. Solamente
los hermanos profesos perpetuos de la Tercera Orden pueden usar el hábito, por
privilegio concedido y si quieren, pues no es obligatorio, y solamente lo
pueden usar en los actos públicos y privados propios de la vida de la
Fraternidad y nunca fuera de ella, tales ocasiones son:
- reuniones ordinarias o
extraordinarias de la Fraternidad,
- en los ritos de Iniciación o
Profesión,
- en los retiros y convivencias de la
Fraternidad,
- en la celebración de la Eucaristía
en Fraternidad,
- en las celebraciones de la Palabra y
en el rezo del Oficio Divino, siempre en el ámbito interno y privado de la Fraternidad,
- en el rezo individual y privado del
Oficio Divino.
32. El hábito grande también puede ser
usado por los hermanos profesos perpetuos en las ocasiones más solemnes de la
vida de la Orden, tales como:
- Profesiones u Ordenaciones de Hermanos regulares o
seculares,
- en las procesiones solemnes, con el permiso del Ordinario
del lugar;
- en los Capítulos electivos de los diferentes niveles,
- en los ritos de exequias de hermanos.
33. Para otras ocasiones públicas fuera de
las aquí mencionadas se requiere el permiso expreso del superior religioso del
cual dependa la Fraternidad o del Ordinario del lugar, sin embargo, deberá
considerarse prudentemente la conveniencia de solicitar tal permiso, y deberán
estar los hermanos siempre alerta ante la tentación de la vanidad y el ánimo de
protagonismo, actitudes contrarias al espíritu de minoridad que se espera de
los hermanos de la Orden Franciscana Seglar.
Los novicios.
34. Los novicios que han recibido el
hábito válidamente lo podrán usar solamente en aquellas ocasiones en las que el
Ministro de la Fraternidad lo autorice expresamente, nunca en público y nunca
por propia iniciativa. El hermano novicio debe comprender muy bien que el
privilegio de poder usar el hábito es un precioso tesoro que debe ser cuidado,
valorado y protegido como un valiosísimo secreto.
35. El hábito para el hermano Terciario es
ante todo un signo de penitencia y de conversión. La Toma del Hábito, que se
realiza en el rito de admisión al Noviciado, es una ceremonia viva, en la que
el candidato se despoja del "hombre viejo" para tomar un nuevo
hábito, el "hombre nuevo", imagen de la vida nueva que va a comenzar.
La toma de hábito señala el compromiso de asumir un nuevo estilo de vida y un
desprendimiento de las viejas costumbres con renovación solemne de los votos
del bautismo.
36. El novicio debe estar guiado por el
espíritu del Evangelio. El rito de la toma de hábito nos hace entrar en la
familia franciscana y formar parte de ella, y así nos arraiga más profundamente
en la Iglesia. La toma del hábito es un momento en el cual Dios nos concede una
gracia especial.
El hábito le pertenece a la Fraternidad y a la Orden.
37. En muchos lugares el costo de
elaboración y los materiales para la confección del hábito son asumidos por las
Fraternidades de sus propios recursos, el otras partes cada hermano es
responsable de asumir estos costos. Sea cualquiera el caso, el hábito no le “pertenece”
al hermano, le pertenece a la Fraternidad y a la Orden y deberá devolverlo o
entregarlo siempre en los siguientes casos:
- Por retiro voluntario o expulsión de la Orden.
- Por solicitud justificada del Ministro de la fraternidad
en el caso de uso indebido, esta medida podrá ser temporal o definitiva.
(Acción disciplinaria).
- Por orden o mandato del Ordinario del lugar.
Faltas
y uso ilícito.
38. Cualquier uso del hábito diferente a
los mencionados en los puntos 31, 32, 33 y 34 de este documento se considerará
como una falta y uso indebido, y el Ministro de la Fraternidad deberá hacer al
hermano infractor el llamado de atención correspondiente y tomar las medidas
que considere necesarias, desde la prohibición temporal del uso público del
hábito, hasta la prohibición permanente y retiro del mismo.
De las
ropas bajo el hábito.
39. Siempre deben usarse ropas adecuadas
bajo el hábito y este nunca debe usarse sin tener debajo camisa y pantalón. Sin
embargo, por decoro y dignidad, deberá evitarse que se vean las ropas que se
llevan bajo el hábito, especialmente los cuellos de camisas y con mayor razón
si estos son de colores vivos o que en nada combinen con el color del hábito,
lo más deseable es que use camisa blanca o negra, y preferiblemente de manga
larga. Con respecto a los pantalones y calcetines, deberán ser preferiblemente
de color negro o marrón oscuro y en todo caso evítense los colores claros y
llamativos.
Del
calzado con el hábito.
40. Con el hábito deberá usarse un calzado
acorde a la sobriedad del mismo, preferiblemente zapatos de cuero de estilo
clásico y formal, de color negro o marrón oscuro. Nunca deberán usarse con el
hábito zapatos tenis ni de otros estilos deportivos o informales, ni de colores
claros o llamativos. También podrán usarse sandalias, conforme a la antigua
tradición, de color negro o marrón oscuro y estas deberán ser de estilo
franciscano, muy sencillas y sin ninguna clase de adornos; las sandalias podrán
usarse con o sin calcetines.
Las
oraciones tradicionales al vestir el Hábito.
41. a.
Existe
la antigua tradición de decir unas breves oraciones o invocaciones al momento
de ponerse el hábito. Esta antigua costumbre, al parecer la tomaron los
franciscanos de los monjes de la Orden de San Benito y posteriormente se
extendió a otras Órdenes religiosas.
b. También los sacerdotes diocesanos o
del clero secular tenían antiguamente la costumbre de rezar unas oraciones o
invocaciones muy similares al momento de revestirse los ornamentos sagrados,
estas oraciones incluso aparecían ya escritas en las instrucciones y rúbricas
de los misales más antiguos de diversas épocas; lamentablemente esta es una de
las tradiciones que más se ha perdido con el paso de los años a causa de la
secularización y relajación del fervor religioso y por la pérdida del sentido
de lo sagrado y del misterio.
c. Esta tradición, tan bella e
importante, que forma parte de la herencia mística y espiritual de la Orden franciscana,
es muy digna de ser rescatada y restablecida, ya que estas invocaciones nos
recuerdan el sentido y el valor de vestir un hábito como signo externo de
consagración y pertenencia a una familia religiosa; orar estas invocaciones
actualiza en nosotros cada día el compromiso de “revestirnos del hombre nuevo”
que ha “muerto al pecado” para vivir en “novedad de vida” en Cristo Jesús.
d. Estas oraciones o invocaciones son “secretas”, en el sentido antiguo,
oraciones que se dicen en voz baja y de manera privada. Los Hermanos deberán
aprenderlas de memoria y rezarlas cada día al momento de ponerse el hábito, así
como deberán también trasmitirlas a los Hermanos que no las conocen o
recordarlas a los que las han olvidado.
e. Aunque no se conoce con exactitud el
origen de estas oraciones o invocaciones, es claro que casi todas están
inspiradas en el pasaje de la carta de San Pablo a los Efesios, capítulo 6,
versículos 10 al 17.
f. La antigua tradición enseñaba que al
levantarse cada uno de los hermanos, mucho antes del amanecer y antes del
Oficio de Prima, hecho su aseo personal en el silencio de su celda, antes de
vestir el hábito era necesario hacer una ablución o lavabo ritual, que
consistía en lavar sus manos con un poco de agua de la jofaina que había en
cada celda (una jarra con agua y un pequeño platón) mientras rezaba la
invocación respectiva y luego bendecía el hábito colocado sobre la cama o la
mesa. Enseguida vestía el hábito haciendo las respectivas invocaciones y se
dirigía al oratorio para hacer un tiempo de oración personal y luego, ya en
comunidad, el Oficio de Prima.
42. Oraciones
o invocaciones al vestir el Hábito.
a)
Al lavarse las manos:
¡Límpiame,
Señor de toda culpa y pecado,
para
que pueda servirte sin contaminación de alma y cuerpo! Amén.
b)
Bendición del hábito:
(Extendido el hábito sobre la mesa o la cama, lo bendice
trazando sobre él la señal de la Cruz mientras dice:)
¡Bendice,
Señor, este hábito santo,
y
hazme digno de llevarlo un día más;
haz
que sea para mí en todo momento
un
signo de consagración a ti,
de
pobreza, humildad y servicio!
En el
nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
c) Al
vestirse el hábito:
¡Vísteme,
Señor, con la armadura de tu luz,
tu
Palabra y tu protección,
para
que pueda resistir y rechazar
los
ataques del enemigo!. Amén.
d) Al
ponerse la Cogulla, esclavina, capilla o capucha:
(Esta oración se hace cuando la cogulla o la capucha son una
pieza aparte del traje talar que se coloca sobre el mismo, así como en el caso
del escapulario grande)
¡Pon,
Señor, en mi cabeza
el
yelmo (casco) de tu salvación
y dame
tu protección para resistir y rechazar
los
ataques del enemigo! Amén.
e) Al
ceñirse el Cordón:
¡Cíñeme,
Señor, con el cordón de la pureza
y
extingue en mi cuerpo todo estímulo de liviandad,
para
que por tu gracia permanezcan en mí
las
virtudes de la continencia y castidad! Amén.
(O bien esta otra:)
¡Cíñeme,
Señor, con el cinturón de la Verdad
y ata
y refrena toda concupiscencia en mí! Amén.
f) Al
ponerse el crucifijo o la cruz Tau:
(Toma el crucifijo o la cruz Tau en la mano derecha, lo besa
y se signa con él mientras dice:)
¡Que
la santa Cruz sea mi luz!
En el
nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
g) Al
calzarse los zapatos o las sandalias:
(Las bendice trazando sobre ellas la señal de la Cruz
mientras dice:)
¡Guía,
Señor, mis pasos hacia ti,
apártame
de la senda del mundo y del pecado!
En el
nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
h) Al
revestirse con sobrepelliz, roquete o alba:
(El sobrepelliz o el alba los deben usar los Hermanos que
son clérigos, y los ministros seglares, cuando presiden o ayudan en la
celebración de la Eucaristía o la celebración solemne de la Palabra; también si
se ejerce algún ministerio dentro de estas celebraciones, como lector, salmista
o acólito. El sobrepelliz o roquete se
usa sobre el hábito y lo usan siempre quienes ejercen de ministros, los hermanos
que son clérigos pueden usarlo también, si gustan, y además llevarán sobre él
los ornamentos propios de su jerarquía, estola y dalmática para los diáconos, o
estola y casulla para los presbíteros. Si en lugar del sobrepelliz el sacerdote
celebrante prefiere usar el alba, esta se coloca sobre el hábito si se trata de
un alba-casulla amplia, o bien puede usarse sin el hábito debajo en el caso de
un alba corriente. Los ministros y el celebrante deben revestirse siempre en la
sacristía y a puerta cerrada, nunca dentro del oratorio o capilla.)
¡Blanquéame,
Señor, y limpia mi corazón,
para
que blanqueado en la sangre del Cordero,
pueda
gozar de los bienes eternos! Amén.
(Los Hermanos que son sacerdotes al ponerse la casulla
dicen:)
Señor,
que dijiste: mi yugo es suave y mi carga ligera,
haz
que de tal modo pueda llevar esta casulla,
que
por tu misericordia y protección, alcance tu gracia. Amén.
El
respeto debido al Hábito.
43. El respeto debido al hábito exige que
este permanezca siempre limpio y sin arrugas y que sea llevado con decoro y
dignidad, adoptando siempre una postura corporal adecuada. Habiendo sido
bendecido de manera muy especial y siendo signo de conversión y penitencia, así
como de pertenencia a la gran familia Franciscana y a la Iglesia, el hábito se
transforma en un signo sacramental
que merece todo el respeto por parte del hermano que lo lleva, así como por
parte de los demás. Por estas razones los hermanos deberán abstenerse de usarlo
públicamente fuera del ámbito de la Fraternidad o la Orden, no deberán nunca
prestarlo a nadie por ningún motivo y al llevarlo puesto, deberán ser conscientes
de que con sus palabras y sus actos están dando testimonio a nombre de toda la
Orden Franciscana y de la Iglesia Católica.
Como se explico ya, el Ministro de la Fraternidad podrá
retirar el hábito temporalmente o prohibir su uso público por tiempo indefinido
a aquel Hermano que con su comportamiento o testimonio lo haya deshonrado o
irrespetado.
El
Hábito mortuorio.
44. Es una antigua tradición de la Orden
Tercera el que sus miembros, al morir, sean enterrados vistiendo el hábito
grande en lugar de mortaja; las Constituciones Generales del año 1957 en su
artículo Nro. 89 así lo recomendaban:
“Los Hermanos
Terciarios harán muy bien en dejar ordenado que se les amortaje y entierre con
el hábito grande”.
Aquellos Hermanos que deseen que así se haga, deben manifestar
por escrito su voluntad al Ministro de la Fraternidad, en un acta debidamente
diligenciada, firmada por el mismo interesado y por tres o más testigos de su
familia más cercana; el Ministro y el Secretario de la Fraternidad la firmarán
también y una copia de esta acta se guardará en el archivo de la Fraternidad.
Llegado el día en que falte el Hermano, el Ministro y la Fraternidad velarán
porque se cumpla su última voluntad.
El uso privado.
45.
Nada ni nadie puede prohibirle a un hermano profeso
de la Tercera Orden Franciscana el uso del hábito, porque es inherente a su condición
de franciscano y de hombre consagrado, y es además un signo de identidad y
pertenencia a la Orden; mucho menos en el ámbito privado de su casa, de su
oratorio particular o su tierra. Muchos hermanos lo usan a diario para el rezo
del Oficio Divino que realizan a solas en su habitación o en su oratorio
privado, para las vigilias de oración u otros actos de piedad que desarrollan
de manera particular y privada y nada puede impedir que lo hagan, pues les
asiste todo el derecho y nada obsta en contra, ni en el derecho canónico ni en
el civil. Desde el punto de vista Canónico al hermano le asiste el derecho de
usar el hábito propio de su Orden y desde el punto de vista del derecho civil, es
un ciudadano que en su casa tiene todo el derecho a vestirse… ¡como le dé la
gana!.
Hermano, si
usted usa o piensa usar el hábito, úselo bien, con toda dignidad y respeto, en
los momentos y ocasiones que en verdad lo ameriten. Recuerde que "el hábito no hace al monje" y que usted no es más franciscano o menos franciscano por el hecho de usarlo o no; usted debe tener razones serias de fondo para esto y comprender y valorar muy bien su sentido.
Empiece por bendecir y usar a diario su "hábito pequeño". Ore, medite, discierna por el tiempo que sea necesario, y si usted ha decidido usar el "hábito grande", que este sea un elemento que contribuya hondamente a aumentar los sentimientos de piedad y devoción en su corazón y su alma, que su vocación franciscana se fortalezca y que su vida de oración se enriquezca.
Empiece por bendecir y usar a diario su "hábito pequeño". Ore, medite, discierna por el tiempo que sea necesario, y si usted ha decidido usar el "hábito grande", que este sea un elemento que contribuya hondamente a aumentar los sentimientos de piedad y devoción en su corazón y su alma, que su vocación franciscana se fortalezca y que su vida de oración se enriquezca.
Paz y bien.
Hermanos, muchas gracias, muy esclarecedor este artículo. Esta página está realmente muy buena y muy útil. Dios bendiga su trabajo. paz y bien desde la Republica Argentina.
ResponderEliminarGracias por este tratado,me va ayudar mucho sobre el uso del habito,ya que antes tenia muchos prejuicios para su uso en sociedad,Mil bendiciones,Paz y bien.
ResponderEliminarExcelente página hermanos todo muy claro!!! Paz y Bien desde El Bolsón Argentina 🇦🇷
ResponderEliminarSoy OFS y me agrada encontrar hermanos de otras Fraternidades y leer sus comentarios. Paz y Bien a Todos.
ResponderEliminarPaz y bien hermanos. Me da mucho gusto saludarlos desde Querétaro México. Es muy interesante su documento sobre "el uso del hábito". Y sobre ello quisiera hacerles algunas preguntas: 1. El documento está reconocido por el CIOFS?
ResponderEliminar2. Quien se los autorizó?
3. Porque, si en la introducción del documento uds plantean literalmente y con justa razón, que "nadie ni nada debe restringir el uso del habito", luego en un apartado uds restringen su uso?
4. No sera bueno quitarle esa "restriccion" con el propósito de hacer promoción a la Orden?. De antemano muchas gracias. "El Señor les bendiga y les guarde; les muestre su rostro y tenga misericordia; les mire benignamente y les conceda la paz"
Cómo hago para obtener información u requisitos para ser una laica terciaria mi correo es estrella_6858@hotmail.com
ResponderEliminarSaludos Paz y Bien
Yo estoy considerado y siento el deseo de pertenecer a la tercera orden franciscana paz y bien
ResponderEliminarVivo en Buenos Aires y quisiera interiorizarme sobre la posibilidad de ingreso a la orden terciaria .Tengo 70 años. Por el momento no padezco ninguna enfermedad preexistente. j_bianco@yahoo.con
ResponderEliminarIrrespeto y desestimación por el hábito de Fraile Franciscano
ResponderEliminarPaz y bien soy Fray Luis Emiro Salazar Ortiz, asi me llamo de nombre propio en mi documento oficial de identificación nacional o cedula, porque nací en el hospital Fray Bartolomé de Las Casas en Bogotá, escribo este correo para resaltar algo que me parece muy curioso y chocante, Entiendo que solo los frailes de la orden menor pueden usar el hábito de fraile en cuestión y los demás en la OFS u otras personas inclinadas por vocación tardía a ello, no pueden usarlo, y yo me pregunto entonces Por qué un perro que tienen los frailes menores llamado Fray Bigotes lo puede usar? luego no se habla de respetar el hábito y tenerlo en alta estima? entonces si un perro puede usar el hábito, cualquier cristiano bien intencionado llamado por el hermoso carisma de San Francisco, también lo debería poder vestir por derecho propio de ser hijo de Dios, estar bautizado en la Santa Iglesia Católica y compartir el regalo de la salvación y la resurrección en nuestro Señor Jesucristo, además el carisma de San Francisco es universal. No entiendo esa doble moral y la hipocresía en los conceptos y decisiones, que alguien me aclare esto por favor , aca pueden ver al Fray Bigotes o también lo llaman Fray Carmelo, esto ocurre en un convento ubicado en Bolivia Cochabamba y esto es alentado y animado por un fraile llamado Jorge Fernandez entre otros, aquí está el artículo https://www.infobae.com/america/entretenimiento/2022/07/01/usuarios-en-redes-revivieron-a-fray-bigotes-un-tierno-perro-rescatado-por-frailes-franciscanos/ Por lo visto un perro si puede utilizar el hábito de fraile, un perro que anda por el suelo arrastrandose sin ropa interior defecando y orinando donde le plazca y tirando babas y comida sobre el hábito, lamiendo y olfateando los genitales de otros perros por naturaleza propia y ni hablar lo que sucedería si el perro encontrara una perra en celo, Por Dios que es este adefesio y fiasco de juicio?, que hipocresía, que un superior les exija remover ese hábito inmediatamente de ese perro, y darle el lugar al perro que le corresponde de animal, no humanizarlo, ni mucho menos envestirlo con el sagrado hábito de fraile, los frailes que estan animando esto deben ofrecer una disculpa y aclaración pública de lo sucedido, ese perro ni siquiera entiende el significado y valor real de llevar el hábito. Atentamente Fray Luis Emiro Salazar Ortiz correo electrónico composicionesluis@gmail.com Whatsapp 316 8109837 Bogotá Colombia. muchas gracias y ojalá se corrija este descalabro monumental.
Acabo de consultar en Costa Rica, y la OFS de CR me informó que ellos no promueven el uso del hábito entre los seglares. Eso me aleja porque deseo si me autorizara aspirar usar el hábito pequeño bajo los cánones de la fraternidad sin mostrar el escapulario ni el cordón) al menos en privado y para ir a Misa y practicar mis devociones privadas. Para mi su uso es una confirmación presente y una oración constante para permanecer en una actitud diaria de conversión.
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